La carga de Krojanty y el mito de la caballería polaca contra tanques alemanes

Ilustración que representa a la caballería polaca cargando contra la posición alemana en Krojanty. Elaboración propia

La Segunda Guerra Mundial, por sus dimensiones y su legado, es un conflicto que nos ha dejado innumerables sucesos que han pasado a la historia de manera tergiversada, convertidos en auténticos mitos y leyendas que han encontrado su hueco en el saber popular. Uno de esos mitos es el de la caballería polaca que en septiembre de 1939 cargó de manera heroica, pero fútil, contra tanques alemanes.

Si bien es cierto que es una imagen épica que todavía sigue viva en nuestra memoria, es mitad falsa, mitad verdadera (como ocurre con casi todos los mitos). Sí existió tal carga, pero no fue contra tanques, sino que involucró un regimiento de caballería polaco y un batallón alemán. Pero antes de comenzar con la historia, pongámonos en contexto.

Polonia y la caballería tras la Gran Guerra

Pese a la idea que se tiene de que la caballería quedó obsoleta tras el fin de la Gran Guerra, debido a la introducción de las ametralladoras o de carros a motor, no es cierta. A lo largo de las décadas de los 20 y los 30, la caballería era un cuerpo todavía muy presente en los ejércitos de todo el mundo, aunque relevada a un rol de reconocimiento y de hostigamiento. Frente a las primitivas unidades acorazadas y motorizadas, los caballos tenían más maniobrabilidad y capacidad de hacer ataques rápidos, por ello estos cuerpos siguieron teniendo gran importancia.

En el caso de la Polonia del periodo de Entreguerras (un estado creado o “liberado” a raíz del tratado de Versalles), la caballería tuvo un rol fundamental en la guerra contra la Rusia bolchevique (la conocida como Guerra polaco-soviética, 1919-1921), teniendo un papel destacado en los momentos más difíciles de la contienda permitiendo realizar golpes de mano que facilitaron el desenlace del conflicto. Si a esto le añadimos la tradición del país con respecto a sus cuerpos de caballería, esta rama del ejército tenía mucha fama y prestigio.

Para finales de los años treinta, esta rama del ejército estaba compuesta por más de 30000 soldados agrupados en brigadas. El equipamiento de los jinetes iba más allá del sable y la lanza, ya que en muchas ocasiones también luchaban a pie codo a codo con la infantería, y se componía de fusiles mauser Kbk Wz. 29, ametralladoras Browning Wz. 28, fusiles antitanque Maroszek Kb Ur Wz. 35. Estas dos últimas armas les daba superioridad frente a unidades de infantería ya que les permitía hacer ataques rápidos y contundentes, en especial el fusil antitanque Maroszek, cuyas balas podían atravesar el blindaje de los Panzers alemanes más básicos.

Armamento estándar de la caballería polaca en 1939 

La Carga de Krojanty

En septiembre de 1939, los alemanes, tras la negativa del ultimátum enviado al gobierno polaco a finales de agosto, el alto mando alemán lanza la operación Fall Weiss, comenzando la invasión de Polonia. Es el mismo 1 de septiembre cuando acontecen los hechos aquí referidos, que se producirían en el escenario de operaciones denominado por los alemanes como el “Corredor Polaco” o “corredor Pomerano”. Este punto era clave, ya que dividía el territorio alemán de la provincia de Prusia y por ello los polacos apostaron a allí varias unidades con las que dificultar el avance alemán y así ganar tiempo para reforzar posiciones. Entre esas unidades se encontraban varias divisiones y una brigada de caballería, cuyo propósito era defender el flaco y la retirada el grueso de las tropas. En esa brigada se encontraba el 18º regimiento de Lanceros Ulanos, comandado por el coronel Kazimierz Mastalerz, que sería quien protagonizara la famosa “carga”.

 

El día 1, las fuerzas polacas consiguen retener el avance alemán de dos divisiones alemanas motorizadas (la 2ª y la 20ª, ambas bajo las ordenes del general Heinz Guderian) a la altura del bosque de Tuchola. Llegada la tarde, las fuerzas polacas se ven obligadas a retirarse debido a la superioridad germana. Decidido a ganar tiempo y permitir una retirada ordenada, Mastalerz mandaría flanquear al enemigo y hacer una maniobra de hostigamiento. Aprovechando la posición y la cobertura del bosque, 250 jinetes comandados por Mastalerz, salieron de la espesura y cargaron contra un batallón de alemanes que se hallaba en las proximidades de Krojanty. Esta carga fue un éxito, ya que pilló por sorpresa al enemigo, obligándolos a retroceder. Para desgracia de los polacos, en plena reagrupación, surgió una unidad de blindados ligeros (alertados por los que habían huido) que se halla en las proximidades y que dieron cuenta del 18º de lanceros, causándoles graves bajas. Entre los muertos se encontraban Mastalerz y gran parte de su alto mando.

Zona y representación de la batalla de Chojnice, donde se enmarca la carga del 18º de lanceros Ulanos

El nacimiento de un Mito 

Tras la victoria alemana y la captura de la zona, los germanos trajeron al día siguiente corresponsales italianos (uno de ellos era el famoso periodista Indro Monatelli), quienes, al ver la escena de los jinetes caídos y la presencia de blindados en la zona, se creyeron la historia contada por los alemanes de que los polacos habían cargado contra los tanques. El objetivo de este mito era el de ridiculizar a los polacos, dando la idea de que su ejército era débil y atrasado, escondiendo el hecho de que el ejército alemán no era tan bueno como parecía y que los polacos estaban ofreciendo una resistencia bastante competente (durante la conquista polaca los alemanes sufrieron 35.000 bajas y una pérdida material importante). Aunque fuese falso, tanto polacos como Aliados, creyeron la mentira alemana y la convirtieron en una suerte de mito a la semblanza de David contra Goliath, colocando a los jinetes polacos como héroes que se sacrificaron por su país, siendo esta la visión que ha llegado hasta nosotros.