El Trastorno de Estrés Postraumático en la Antigüedad (desde Asiria hasta el siglo XVIII).

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Las guerras son hechos que debido a su gravedad no solo acarrean graves consecuencias a nivel material o político, sino también humano. Aquellos que participan en una (de una manera pasiva o activa) suelen padecer graves secuelas tras verse envueltos en algo de esa magnitud. El TEPT es una de esas consecuencias.

La ilustración representa a un soldado del siglo XVII en estado de Shock después de la batalla. Elaboración propia

La catalogación del TEPT como trastorno es relativamente moderna (siendo acuñado por psicoanalistas estadounidenses en los 80) y proviene de la necesidad que tuvo el sistema de los EE. UU. de afrontar el gran número de excombatientes que, tras la Guerra Vietnam, no habían podido reintegrase de manera plena en la sociedad. Tras años de estudio, se vio como muchos de estos antiguos soldados presentaban una serie de síntomas que iban desde flashbacks en forma de pesadillas, trastornos del estado de ánimo y sentimientos generalizados de desapego emocional hacia su familia y su comunidad hasta casos más extremos como manifestaciones físicas que incluían dolores de cabeza, dolores de pecho e incluso mareos, así como pérdida total de controlo sobre el cuerpo.


Una vez elaborada esta lista de síntomas, muchos investigadores vieron como al comparar esta sintomatología con testimonios históricos vieron que a lo largo de los siglos muchos individuos fueron víctima de este trastorno. Por ello, vamos a hablar de los efectos de la guerra sobre los soldados en la antigüedad. 


Antes hay que matizar que quiero decir con “antiguos”. Con esto me refiero a personas que participaron en acontecimientos bélicos anteriores a la Edad Contemporánea, ya que es en este periodo (especialmente tras la Primera Guerra Mundial) cuando se procede a hacer un estudio en profundidad y de corte científico sobre los efectos de la guerra sobre los soldados, a través de conceptos como el “Shell Shock” o la fatiga de Guerra.


El Próximo Oriente

Uno de los primeros testimonios que podemos relacionar con este síndrome lo encontramos en el famoso poema épico de Gilgamesh, donde el héroe, traumatizado por la muerte de amigo Enkidu, sufre de constantes pesadillas y “flashbacks” sobre el trágico episodio (Crocq, M. 2000). Al ser épica y no historia, quizás no tenga tanto valor, pero aun así en una aportación interesante que muestra que en tiempos tan antiguos como el 2100 a.C era conocido el efecto de hechos traumáticos sobre las personas.


Es interesante mencionar que esta escena que es descrita en Gilgamesh se repite también en tablas de origen asirio, donde se recogen testimonios de soldados que tienen “pesadillas” en las que ven fantasmas que los atormentan. Esta idea de trauma proyectado como fantasma que atormenta la mente del afectado es muy recurrente dentro de los textos de casi todas la épocas. Una de estas tabletas describe el comportamiento de un soldado:


Si por la noche ve a una persona viva o muerta o alguien conocido por él o alguien que no conoce o alguien o algo y se asusta; se da la vuelta, pero, como quien ha [sido hechizado con?] aceite rancio, su boca está agarrotada de modo que no puede gritar a quien duerme a su lado, "mano" de fantasma ..." (1)

 

Esta idea de "mano de fantasma" podemos entenderla como un diagnostico en base a los conocimientos médicos de los galenos asirio, en el que se achaca la "enfermedad" al influjo ejercido por fuerzas sobrenaturales. Esto nos indicaría que desde tiempos tan remotos como estos, aquellos que trabajaba en el campo de la medicina eran conscientes de este tipo de comportamiento e intentaban explicarlos y tratarlos en base a sus propios preceptos culturales. 

 

La Grecia clásica

Avanzando en el tiempo, hasta el 440 a.C, encontramos que Heródoto menciona en una de sus obras el caso de un soldado, Epizelus, que durante la conocida y caótica batalla de Maratón (490 a.C), perdió la visión en medio de la batalla como reacción de su cuerpo al estrés y la violencia desplegada a su alrededor. Esto es uno de los síntomas físicos más extremos relacionados con el TESP, la “ceguera histérica”, como forma de trastorno disociativo de carácter duradero. Heródoto afirma que este soldado nunca recuperó la visión. Esta es la descripción que nos ofrece Heródoto:


En esta pelea en Maratón fueron asesinados los bárbaros unos seis mil cuatrocientos hombres, y de los atenienses cien y noventa y dos. Tal fue el número que cayó a ambos lados; y sucedió también que allí ocurrió una maravilla de este tipo: un ateniense, Epizelos, hijo de Cuphagoras, mientras luchaba en el cuerpo a cuerpo y demostrando ser un buen hombre, fue privado de la vista de sus ojos, sin haber recibido un golpe en ninguna parte de su cuerpo ni haber sido alcanzado por un misil, y por el resto de su vida desde esta vez siguió ciego: y me informaron que usaba para contar lo que le había sucedido una historia de este tipo, es decir, que le parecía que un hombre alto con armadura completa estaba parado contra él, cuya barba cubría todo su escudo; y esto La aparición pasó a su lado, pero mató a su camarada que estaba al lado a él. Así, según me informaron, Epizelos contó la historia" (Heródoto. 6.117.1-3. Historias)

 

Roma

No solo los griegos eran conscientes de los efectos que la guerra tenía sobre las personas, también los romanos eran conscientes de este hecho, ya así lo evidenciaron galenos, historiadores y cronistas a lo largo de la turbulenta historia del Imperio. El galeno Celsus hablaba en sus escritos de varios términos de los cuales destacaban Insania y atrae bilis morbus, ambos relacionados con las pesadillas y las alucinaciones que los pacientes padecían tras vivir hechos traumáticos:

Además, la locura sólo existe realmente cuando la demencia comienza a ser continua, cuando el paciente, aunque hasta ese momento tiene razón, sin embargo, percibe ciertas visiones falsas. La locura es completa cuando la mente ha sido esclavizada por esas visiones." (Cels. 3.18.3)

Pero si hay depresión prolongada, junto con miedo y vigilancia prolongados, la enfermedad de la bilis negra está en juego. Sigue estos [síntomas], que hay ciertas cosas ante los ojos, como si se les aparecieran fantasmas." (Cels 2.7. 19-20)

 

Así mismo, el historiador romano Appiano describe la brutalidad de la toma de Cartago y como Escipión, veterano general, sabía que una exposición prolongada a una violencia descarnada podía afectar a sus soldados, por lo que decidió rotar a sus soldados (Hall, J. 20??) (2)


La Edad Media

Si avanzamos a la Edad Media vemos como los testimonios disminuyen, pero, aun así, sigue existiendo evidencias de los efectos psicológicos que la guerra tenía sobre aquellos que la sufrían. Uno de los testimonios más claros es del siglo XIV y viene del caballero francés Geoffroi de Charny que escribió lo siguiente:


A menudo tendrás miedo cuando veas a tus enemigos venir hacia ti con lanzas bajadas para atravesarte y con espadas desenvainadas para cortarte. Los rayos y las flechas vienen hacia ti y no sabes cuál es la mejor manera de protegerte. Ves a la gente matándose, huyendo, muriendo y siendo apresados ​​y ves los cuerpos de tus amigos muertos tendidos ante ti. Pero tu caballo no está muerto, y con su vigorosa velocidad puedes escapar en deshonra. Pero si te quedas, ganarás el honor eterno. ¿No es un gran mártir el que se dedica a tal trabajo?"(Charny. 1350)

 

El presente fragmento pertenece a un manual de caballería que escribió él mismo. El "manual" estaba dirigido a aquellos que querían iniciarse en el oficio de caballero y describía que el oficio de las armas era una profesión dura, donde las cosas que uno veía en el campo de batalla le perseguían para siempre. también describía las penurias del oficio hablando sobre la falta de sueño, el frío, el hambre, el agotamiento y el aislamiento de la familia. 


Edad Moderna

La Edad Moderna marca es el momento en el que se empieza a dar nombre y entidad al mal que agobiaba a los exsoldados. Al ser un periodo traumático marcado por grandes guerras y epidemias (sobre todo el siglo XVII), los médicos de este periodo empezaron a ser más conscientes de las consecuencias que tenía la guerra en las mentes de los soldados. Si bien es cierto que estos empezaron a registrar y analizar el problema de manera sistemática, el diagnostico que dieron es que estos soldados padecían de “Nostalgia” por el hogar, lo que hacía que estuvieran tristes y apáticos. El Doctor suizo Dr. Johannes Hofer fue el primero en usar este concepto para definir este trastorno, el cual ideó tras observar el comportamiento de aquellos compatriotas que servía por largo tiempo como mercenarios lejos de sus lugares de origen. Años más tarde, el doctor austriaco Josef Leopold Auenbrugger, tras ver a aquellos soldados que habían participado en la Guerra de los Siete Años, dejó reflejado en su obra Inventum Novem (1761) una descripción muy detallada de sus síntomas:


Cuando los jóvenes que aún están creciendo se ven obligados a ingresar al servicio militar y así pierden toda esperanza de regresar sanos y salvos a su amada patria, se vuelven tristes, taciturnos, apáticos, solitarios, meditabundos, llenos de suspiros y gemidos. Finalmente, estos dejan de prestar atención y se vuelven indiferentes a todo lo que el mantenimiento de la vida les exige […] Ni los medicamentos, ni los argumentos, ni las promesas, ni las amenazas de castigo pueden producir mejoría." (Josef Leopold Auenbrugger, 1761, Inventum Novem)

 

Los doctores españoles, que habían estado sirviendo el frente europeo durante la Guerra de los Treinta Años, acuñaron la expresión “estar roto” ( Baran, M. 2010) para definir el comportamiento de los soldados que padecían los mismos síntomas que Hofer y Auenbrugger habían observado y reflejado años más tardes.


Otra problemática que surge en estos siglos es la de la reinserción de los excombatientes dentro del seno de la sociedad. En muchas ocasiones, al no luchar por intereses comunales, sino por particulares (reyes o nobles), muchas comunidades veían a estos sujetos como individuos molestos por cuya culpa las autoridades habían aumentado los impuestos (hay que tener en cuenta que en esta época hablamos de ejércitos semiprofesionales financiados por la cabecera estatal a través de rígidos sistemas impositivos). Es el caso de los soldados de los Tercios, que al volver a la península veían complicado reinsertarse en una sociedad empobrecida por la guerra, lo que obligó a muchos a malvivir en campos y ciudades, convirtiéndolos en agentes problemáticos y obligando a las autoridades a recolocar a muchos en Milicias y otros puestos (Centenero, D. 2009). Esto está muy ligado a este tipo de trastorno, ya que sin una adecuada reinserción, los síntomas y problemas asociados a esta condición se ven agravados. 


Cuando hablamos de las consecuencias psicológicas de la guerra, nos viene a la cabeza la figura de los soldados de Vietnam, de Irak o de la Gran Guerra, pero pocas veces nos imaginamos un Hoplita griego o un legionario romano con pesadillas o a un caballero medieval, que tras la batalla, mira al infinito con la famosa “mirada de las mil yardas”. Desde mi punto de vista, creo imposible que, por ejemplo, un soldado de un Tercio que fuera a Flandes y que después de pasar meses de asedio, entre el fango, sufriendo el ataque constante de holandeses y perdiendo a amigos en sangrientas escaramuzas, pudiera volver a la Península sin secuelas. Lo mismo ocurriría en otros tantos casos de soldados que lucharon en nombre de sus nación, rey o ciudad.


La guerra siempre ha sido un acto brutal que ha dejado huella en las mentes de aquellos que han participado en ella (tanto civiles como soldados) y prueba de ello son los testimonios ofrecidos. Sin embargo, existe una gran diferencia entre los TEPT de esos tiempos y las de ahora. Una de las primeras diferencias es la percepción cultural sobre la guerra y la muerte y como se gestiona en diferentes periodos. En la Antigüedad, la guerra formaba parte de la vida de aquellos que vivían en comunidad o bajo una ley común, ya fuese como forma de vida o como acto de defensa. El hecho de servir en el ejercito era considerado como el deber de todo hombre, por lo que era bien visto por la comunidad. Aquí entraríamos en cuál era el valor que tenia la guerra a ojos de los miembros de una comunidad, un tema complejo que iría más allá de lo que pretende este articulo, pero teniendo esta idea de la guerra como algo natural, la capacidad de inserción del individuo que participaba en ella era mayor, ya que este no era visto como un criminal y, por tanto, no se le excluía. 


Hoy día, debido a nuestros avances, y al absoluto cambio estructural que se ha experimentado en todos los niveles desde inicios del siglo XIX, la muerte se nos presenta como algo ajeno, así como la idea de la Guerra. Al mismo tiempo, la guerra se ha convertido en algo más frío y sangriento (más industrial e impersonal) lo que ha influido en que la TEPT sean más visibles hoy, con respecto a hace unos siglos o milenios, ya que las sociedades actuales no aceptan de la misma manera a aquellos que participan en la guerra a como se hacía en siglos anteriores, lo que degenera en situaciones de exclusión y marginalidad.


NOTAS:

1. Texto traducido de la versión original en ingles que aparece en el articulo Nothing new under the sun (Hamud, W. Hughes, J. 2014)

2. La fecha de publicación del articulo no ha podido ser hallada.


BIBLIOGRAFIA

Abdul-Hamid, Walid & Hacker Hughes, Jamie. (2014). Nothing New under the Sun: Post-Traumatic Stress Disorders in the Ancient World. Early science and medicine. 19. 549-57. 10.1163/15733823-00196p02. Recuperado de: https://www.researchgate.net/publication/270911020_Nothing_New_under_the_Sun_Post-Traumatic_Stress_Disorders_in_the_Ancient_World


Crocq, M. (2000). From shell shock and war neurosis to posttraumatic stress disorder: a history of psychotraumatology. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3181586/


-(17 de septiembre de 2012). A Brief History of Wartime PTSD — From Ancient Greece to Afghanistan. [Military History Now]. Recuperado de https://militaryhistorynow.com/2012/09/17/walking-wounded-ptsd-from-ancient-greece-to-afghanistan/


- Baran, M. (febrero de 2010). Timeline: Mental illness and war through history. []. Recuperado de https://minnesota.publicradio.org/projects/2010/02/beyond-deployment/ptsd-timeline/index.shtml


- Brantner, S. Imaginibus, non mentefalluntur: Post-traumatic Stress in Roman Medicine and Literature, 100 BCE-100 CE. Recuperado de: https://www.academia.edu/20254487/Imaginibus_non_mente_falluntur_Post_traumatic_Stress_in_Roman_Medicine_and_Literature_100_BCE_100_CE


- Hall, J. A Roman PTSD? Psychological Trauma and the Soldiers of Rome. Ancient Warfare. Recuperado de : https://www.academia.edu/27601288/A_Roman_PTSD_Psychological_Trauma_and_the_Soldiers_of_Rome.


- Centenero, D. (2009). ¿Una Monarquía de lazos débiles? Veteranos, Militares y Administradores 1580-1621. (Tesis doctoral). European University Institute, Department of History and Civilization

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